Durante el mes de junio muchas empresas del sector tecnológico se han solidarizado con las reivindicaciones de las comunidades LGBT en diversos países del mundo. Muchas de ellas han realizado manifestaciones públicas importantes y se han presentado como tomando una postura institucional al respecto.
Sin embargo, cabe recordar que las empresas tecnológicas suelen tener un enfoque muy pragmático a la Groucho Marx: Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros. Trabajan bajo las regulaciones locales y rara vez toman una posición ética contra aquello que consideran injusto.
Contenido “extremista”
Esto es lo que ha sucedido con Duolingo en Rusia. La aplicación dedicada a la enseñanza de idiomas fue intimada por la entidad que regula las comunicaciones, Roskomnadzor, para que eliminara el contenido extremista en su plataforma.
En este caso el contenido extremista era todo aquel que excedía las relaciones sexuales tradicionales. Lo que suponía cualquier contenido vinculado a la comunidad LGBT.
Cabe recordar que en Rusia el movimiento LGBT ha sido catalogada como un grupo extremista, en el mismo nivel que los que se dedican al terrorismo. Todo mensaje relacionado con la comunidad LGBT es considerado propaganda.
Una situación incómoda
La empresa ha lamentado el tener que eliminar el contenido y ha destacado su misión principal, que es ofrecer educación de calidad en cualquier parte del mundo.
En defensa de la empresa podríamos decir que en muchas ocasiones no queda otra que elegir que batallas librar y cuáles no. Y casi no existen países que no tengan políticas cuestionables o ejerzan ciertos niveles de censura. Pero la situación sigue siendo incómoda.
