En una de las últimas entrevistas que tuvo Steve Jobs con Barack Obama, el presidente de EE.UU. le preguntó por qué no producía nada en ese país. Hasta Tim Cook hace algunas semanas se mostró a favor de fabricar todo en China, por la flexibilidad que ofrece ese país, aunque adelantó que en el futuro se podría analizar. Pero Google le demostró que sí se puede y el reproductor Nexus Q posee una inscripción en su base: “Diseñado y fabricado en Estados Unidos”.
El megabuscador, de esta manera, desafió a su principal y fabricó una de sus novedades con varias partes fabricadas en EE.UU., incluyendo partes de zinc de la región conocida como Midwest y un proveedor de plástico moldeado de California del Sur. Y una empresa situada a 15 minutos del cuartel central de Google habría sido la encargada de ensamblarla.
Claro que el procesador, similar al utilizado en smartphones Android, y otros microcomponentes provienen de países asiáticos. No hay empresas que los fabriquen con el volumen requerido más allá del Sudeste Asiático. Esto ya es conocido por algunos países de Latinoamérica, como Brasil, México y Argentina, donde se utiliza un modelo productivo idéntico; pero parece que EE.UU. intentará “repatriar” las fábricas de electrónicos para generar entre uno y tres millones de puestos de trabajo.
Pero tiene una desventaja “económica”: cuesta 299 dólares, tres veces más que el Apple TV que cuesta US$ 99. Desde Google piensan apelar al “patriotismo estadounidense”, logrando que la gente prefiera pagar un precio mayor por adquirir un bien fabricado en su país. Y también esperan que la demanda crecienda, para que un mayor volumen permita abaratar los costos.
La movida de Google se inscribe en una tendencia de algunas empresas que quieren volver a producir en EE.UU., como lo hicieron en la década de 1980, antes de que la infraestructura productiva de varios sectores de la economía migrara a Asia, sólo quedando en el país las funciones administrativas, comerciales y de diseño.