Windows 10 tiene los días contados. Como suele ocurrir cuando Microsoft pasa de un sistema operativo a otro parte del impulso que obtiene la nueva versión proviene del fin del soporte a la anterior. Muchos usuarios se resisten al cambio, por comodidad o tal vez a la espera de que el nuevo sistema operativo alcance un mayor nivel de maduración.
Al recorrido final de Windows 10 se ha agregado una fecha clave. El 31 de enero Microsoft dará por finalizadas las ventas por descarga. Pasado ese día el producto ya no estará disponible en las tiendas oficiales. Esta advertencia ha aparecido en las páginas de producto de la compañía.
El objetivo de esta medida es, además de apoyar Windows 11, hacer que la transición sea algo más suave. A nadie le gusta comprar un sistema operativo y que se vuelva obsoleto en unos pocos meses.
Un cambio complicado
El soporte para Windows 10 tiene asegurado algunos años más, aunque no muchos. La fecha de la última actualización ya ha sido establecida, octubre de 2025. Sin embargo, Microsoft en ocasiones ha extendido el apoyo brindado a sus sistemas operativos antiguos. Todo depende en gran medida de cuantas personas sigan utilizando esta opción en ese momento.
Hasta ahora Windows 10 sigue siendo una versión bastante popular. Dentro del ciclo Windows parece ocupar el lugar de la versión buena que sigue a la mala. Reemplazó a Windows 8 de la misma manera en que Windows 7 reemplazó a Vista. Esta idea es, por supuesto, más una ocurrencia que el fruto de un análisis serio.
Por su parte, Windows 11 no puede calificarse como una mala versión. Tiene muchas características destacadas. Pero también tiene un punto débil. Las exigencias de hardware que tiene hacen que muchos equipos viejos no puedan instalarlo.
Y el universo de las PC no es como el de los smartphones. Tiene ciclos de renovación más lentos e incluye usuarios que utilizan el mismo dispositivo durante muchos años.
