Por: Fernando Triveri / MIE, 8 / FEB / 2012

¿Amazon estaría por vender productos “a la antigua”?

Un típico depósito de Amazon: miles de metros cuadrados, todo automatizado, casi no se ve gente. La tienda online que hizo popular el concepto de e-commerce tal como lo conocemos hoy, estaría planeando abrir tiendas físicas para vender algunos de sus productos, entre ellos los lectores Kindle y los libros publicados por su propia editorial.

Fuentes cercanas a Amazon aseguran que la empresa líder en e-commerce mundial estaría a punto de ceder a la tentación de abrir una tienda física en Seattle a modo de prueba piloto, para comercializar directamente al público sus lectores Kindle, los libros impresos por su propia editorial y algunos otros productos y accesorios de menor envergadura.

Por lo menos así lo asegura Michael Kozlowski, del portal sobre ediciones digitales GoodEReader. Siempre según los rumores, se estaría trabajando en el mayor de los secretos para inaugurar la tienda Amazon a fin de año, antes del período de compras navideñas. El proyecto habría sido encargado a una firma alemana para evitar filtraciones (que como aquí mismo podemos comprobar, siempre se producen de manera inevitable).

El objetivo de Amazon -como el de tantas otras compañías- es imitar el suceso de las tiendas Apple aplicando un modelo de negocio similar, y de esta manera aumentar la difusión de los lectores Kindle en el competitivo mercado de los e-books. Y si la prueba piloto prospera, podrían crear una red de sucursales y extender su oferta hacia otros productos de su vasto catálogo.

Insistimos: se trata solamente de un rumor. Pero aprovechemos la oportunidad para especular un poco: ¿Qué pasaría si Amazon abriera una tienda física para vender sus productos? Amazon representa el paradigma del comercio electrónico. Fue la primera compañía que demostró rotundamente que se podía tener éxito vendiendo productos sin disponer de ninguna clase de local de venta físico. Y tan mal no les va: en el año 2011 facturaron más de 48 mil millones de dólares.

Pero si Amazon instala una tienda “a la antigua”, por pequeña que sea, estaría renunciando al ideal que Jeff Bezos y su equipo se esforzaron en impulsar durante todos estos años: que un modelo de e-commerce “puro”, sin locales de expendio, es posible, viable y exitoso. ¿Se justifica destrozar ese ideal y arriesgar el prestigio acumulado por Amazon en materia de e-commerce al abrir una cadena de tiendas físicas que representan un retorno al pasado, o por lo menos un reconocimiento de que todavía no estamos preparados para el futuro?

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